OPINIÓN
2 de agosto de 2023
Rompiendo la burbuja de la Perfección
POR CRISTIAN FERREYRA
Dentro de nuestro distrito el Magdalenense, a menudo sentimos la imperiosa necesidad de esconder nuestras miserias, como si viviéramos en un idilio o en la tierra prometida. Nos empeñamos en aparentar perfección, cuando en realidad estamos lejos de serlo.
Lamentablemente, esta ceguera ante nuestras propias miserias nos convierte ocasionalmente en personas inhumanas, autómatas que ignoran las atrocidades que se fermentan a nuestro alrededor. Como bien expresó José Saramago en su "Ensayo sobre la Ceguera": "Creo que nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven".
Frente a situaciones aberrantes, a veces miramos hacia otro lado o seguimos la línea de "Todo Pasa", como mencionaba Julio Grondona. Sin embargo, ¿hasta dónde debemos permitir que esto ocurra? Cuando una atrocidad, un delito o una estafa nos afecta personalmente o golpea a un amigo, es entonces cuando nos indignamos y nos damos cuenta de que el sueño de una tierra prometida no era más que una ilusión. Debemos reconocer que vivimos en un territorio imperfecto, lleno de necedades, miserias y precariedades. Aceptar esta realidad, difícil de transitar, puede ser el punto de partida para encontrar soluciones.
La omisión y la ceguera no nos llevarán a nada bueno. Si seguimos acumulando mentiras como un cleptómano, inevitablemente llegaremos al fondo y nos confrontaremos con la realidad. Somos mortales e imperfectos, igual que el mundo que nos rodea.
No hay vergüenza alguna en reconocernos como imperfectos, porque es desde esa aceptación que podemos mejorar y evolucionar. Es tiempo de abandonar la idea de Magdalena como un pueblo sumido en una burbuja, donde todo es perfecto como en "The Truman Show". Debemos enfrentar, vivir y aceptar la realidad, para buscar un camino viable a soluciones, pues solo así nos fortaleceremos como comunidad.
Mirémonos con valentía en el espejo, aceptemos nuestras debilidades y trabajemos juntos para superarlas. Magdalena será más fuerte cuando dejemos de ocultar nuestras miserias y afrontemos la realidad con entereza. La perfección es una quimera, pero la búsqueda constante de mejora puede llevarnos a construir un lugar más humano y solidario para todos.